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Factoring: Qué es, Tipos y Ventajas

¿Qué es el factoring?

El factoring es una herramienta financiera mediante la cual una empresa vende sus facturas o cuentas por cobrar a una entidad financiera, conocida como factor, a cambio de recibir un adelanto sobre el monto total de dichas facturas. Este servicio permite a la empresa mejorar su liquidez de manera inmediata sin esperar los plazos de pago de sus clientes. El factor, por su parte, se encarga de gestionar el cobro de las facturas, asumiendo o no el riesgo de impago según el tipo de factoring acordado. Es una solución común para empresas que necesitan acelerar el flujo de caja.

Tipos de factoring

  • Factoring con recurso: El factor puede reclamar al cliente si el deudor no paga la factura, transfiriendo así el riesgo de impago a la empresa.
  • Factoring sin recurso: El factor asume el riesgo de impago del deudor, liberando a la empresa de cualquier responsabilidad sobre la deuda.
  • Factoring nacional: Se aplica cuando las facturas pertenecen a operaciones comerciales dentro del mismo país.
  • Factoring internacional: Se utiliza en operaciones de comercio exterior, ayudando a las empresas a gestionar el cobro de facturas en el extranjero.
  • Factoring confidencial: El cliente no es informado de que las facturas han sido cedidas a un tercero.

Ejemplo de factoring

Una empresa de fabricación de muebles vende productos a un minorista y emite una factura con un plazo de pago de 90 días. Para no esperar esos tres meses y mantener su liquidez, la empresa vende la factura a una entidad de factoring. El factor le adelanta el 80% del valor de la factura de inmediato. Una vez que el minorista paga la factura, el factor entrega el 20% restante a la empresa, menos una comisión por el servicio. De esta manera, la empresa obtiene dinero rápido para financiar otras operaciones sin esperar el pago del cliente.

Diferencia entre factoring y confirming

La principal diferencia entre factoring y confirming radica en quién es el beneficiario del servicio. En el factoring, la empresa que vende productos o servicios cede sus facturas a una entidad financiera para obtener liquidez inmediata. En el confirming, el servicio se ofrece al comprador o pagador de las facturas, quien encarga a una entidad financiera la gestión del pago a sus proveedores. El factoring está centrado en el cobro de las cuentas por cobrar, mientras que el confirming se enfoca en la gestión y financiación de las cuentas por pagar.

¿Qué se necesita para hacer factoring?

Para realizar factoring, una empresa debe cumplir con ciertos requisitos básicos, entre ellos:

  • Facturas: Debe contar con facturas emitidas a clientes que estén pendientes de cobro.
  • Relación comercial establecida: La empresa debe tener un historial comercial sólido con sus clientes.
  • Documentación: Presentar contratos y documentos que certifiquen las cuentas por cobrar.
  • Solvencia del deudor: La entidad financiera evaluará la solvencia y credibilidad de los clientes de la empresa para aceptar las facturas.
  • Contrato de factoring: Firmar un acuerdo con la entidad financiera que establece las condiciones del factoring, como las comisiones y los plazos.

Contabilización factoring

Para contabilizar el factoring, se debe registrar la operación en función de si es con o sin recurso. En el factoring con recurso, el adelanto recibido se registra como una cuenta de pasivo (deuda a corto plazo) hasta que el cliente pague la factura. Si el cliente no paga, la empresa deberá reconocer la pérdida. En el factoring sin recurso, el adelanto se registra como un ingreso, ya que la entidad financiera asume el riesgo de impago. Además, se debe contabilizar el gasto correspondiente a la comisión del factor en la cuenta de gastos financieros.

Ventajas del factoring

  • Mejora de la liquidez: Permite obtener fondos de manera rápida sin esperar el pago de las facturas.
  • Gestión del cobro: El factor asume la responsabilidad de gestionar el cobro, ahorrando tiempo y recursos a la empresa.
  • Reducción del riesgo de impago: En el factoring sin recurso, la empresa se libera del riesgo de que sus clientes no paguen.
  • Financiación flexible: No es necesario tener garantías adicionales para acceder al financiamiento.
  • Acceso rápido a capital: Ideal para empresas en crecimiento que necesitan capital inmediato para operar.
  • Mejora del balance: Al reducir cuentas por cobrar, mejora los ratios financieros de la empresa.

Desventajas del factoring

  • Coste elevado: Las comisiones del factoring pueden ser altas, reduciendo el margen de beneficios de la empresa.
  • Dependencia del factor: Si una empresa recurre frecuentemente al factoring, puede volverse dependiente de esta forma de financiación.
  • Impacto en las relaciones con los clientes: Los clientes podrían sentirse incómodos al ser notificados de que sus facturas han sido vendidas a un tercero.
  • Evaluación crediticia: El factor puede rechazar facturas si considera que el deudor no tiene suficiente solvencia.
  • Pérdida de control: Al ceder el cobro de las facturas, la empresa pierde parte del control sobre la relación con sus clientes.

En conclusión: ¿Cuándo es recomendable el uso de factoring?

El factoring es recomendable para empresas que tienen un flujo de caja irregular debido a largos plazos de pago de sus clientes y necesitan financiamiento inmediato para operar. Es particularmente útil para empresas en crecimiento que no cuentan con suficientes recursos para cubrir sus gastos operativos mientras esperan el pago de sus facturas. También es recomendable en situaciones donde la empresa busca reducir el riesgo de impago de sus clientes o cuando desea externalizar la gestión de cobros para enfocarse en otras áreas del negocio.


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